Otra vez tuvieron que ser “los más viejos del lugar” los que recordaran a quienes quieran oírlo, que llevamos más de cuarenta años intentando hacer ver que somos una industria cultural de primer orden, con equipos más que solventes y cualificados.
Contrasta que esa mentalidad de pertenencia que fluía en los pasillos del Gran Teatro de Príncipe Pio de Madrid no se palpe de igual modo en el día a día de nuestro sector, en combate público por el espacio que nos pertenece. Como grupo preferimos internamente procrastinar o discutir sobre galgos o podencos, mientras los asuntos importantes duermen en el cajón.
Los
viejos tienen derecho al recuerdo y al descanso, son las nuevas
generaciones las que tienen que tomar el relevo y luchar como industria
para que el legado dado siga estando bien representado y todo lo que nos
queda por hacer, que sigue siendo mucho si queremos una industria
madura, se planifique, se luche y se haga …
¡Una vez más, gracias por el trabajo realizado y enhorabuena U-Tad!