Red.es acaba de anunciar las bases del Programa de Impulso al Sector del Videojuego dotado con 5 millones de euros (empezamos recortando, primero eran tres, luego cero, luego seis y ahora cinco).
Desde esta inciativa se pretende ayudar a consolidar a los estudios independientes, conseguir hacerlos crecer y escalar internacionalmente, de forma que surjan empresas tractoras que refuercen el conjunto de la industria.
Con un periodo de ejecución de hasta 18 meses y cubriendo hasta el 80 % del presupuesto subvencionable, las ayudas pueden alcanzar un máximo de 150.000€.
Orientado a microempresas, de más de seis meses de existenca, quieren apoyar la creación de prototipos o videojuegos, con vocación de explotarse comercialmente en cualquiera de las plataformas o método de distribución existentes (PC, consolas, móvil, TV, proyectos transmedia).
Están contempladas también iniciativas orientadas a otras áreas del aplicación como serious games, gamificación enfocada a la empresa, cloud gaming, weareables, o industria 4.0.
Incluyen un condicionante que no termino de entender: "no tener acuerdos con terceros para la cesión de los derechos de explotación sobre el videojuego".
¿Quieren autoedición? ¿quieren cesión de derechos postmorten? o están equivocando ceder los derechos de explotación con ceder la IP, algo mucho más serio.
Habrá que esperar a que salga la convocatoria para conocer más detalles, por que así tal como está, no se entiende. ¿Que sentido tiene crear un producto si no se explota? ¿cómo prentender explotar con éxito estos estudios micro que además cuentan con un budget estimado no muy superior de 200.000€, si consideramos el 80% que financian? ... veremos las respuestas
de RED.es
Tiene previsto un pago anticipado del 20% de los fondos con carácter previo a la justificación, incluyendo otros pagos posteriores, según se van ejecutando y justificando los diferentes hitos declarados del proyecto. Este punto, se puede entender desde la perspectiva de tratar de mantener un control efectivo de la ejecución del proyecto para evitar sorpresas, pero tiene un cierto grado de incongruencia, ya que presupone tener que financiar previamente el proyecto al que las ayudas quieren ayudar a financiar.
Un riesgo más, si la pequeña empresa no dispone de fondos previos suficientes a lo largo de toda la ejecución del mismo. Puede llegar a quedar desfondada a mitad de ejecución en “tierra de nadie”, con dinero propio adelantado, justificación que no van a conseguir superar y un proyecto iniciado y abortado en marcha, probablemente con algunos problemas adicionales para los estudios más pequeños.
Ante este caso, tampoco pueden acudir a un editor a buscar dinero, ya que los derechos de explotación no pueden comprometerse, por lo que en las bases publicadas encontramos algunas situaciones de conflicto que esperamos queden resueltas cuando se convoquen finalmente las ayudas.
Se subvencionan prácticamente todas las partidas necesarias para la producción de un proyecto, desde las nóminas hasta el marketing y los viajes, lo que será muy apreciado por los estudios, ya que se acercan mucho más a sus necesidades reales que otras ayudas a la I+D, por ejemplo.
Por otra parte, al estar planteadas como “minimis” impiden tener más de 200.000€ de ayudas en un total de tres años, aunque estas son "reglas europeas".
Si queremos de verdad consolidar los estudios independientes, estamos limitando mucho su crecimiento real con todos estos condicionantes.
Las microempresas de videojuegos no están habituadas al tipo de burocracia inherente a la búsqueda, gestión y justificación de este tipo de ayudas, por lo que necesitarán gestores especializados que les permitan llevar su gestión, al igual que la figura obligatoria de un auditor.
Costes necesarios e impuestos que reducen el importe efectivo de la ayuda. Si añadimos el coste de adelantar la financiación obtenida, a través de préstamos de entidades financieras, si tenemos avales y queremos ejecutar la inversión comprometida y a justificar para conseguir los fondos, vamos a estar cerca de al menos un 15% de reducción final de la subvención, para poder acometerla objetivamente.
Contar con una desgravación fiscal por la inversión del proyecto permitiría que el importe efectivo aportado para la ejecución en producción se aproximara más al coste real, pero de eso todavia no tenemos.
Aún así, mucho mejor esto que nada y por algo se empieza.
¡Bienvenida sea! y ojala que en la convocatoria final "afinen" un poco más para aclarar algunos de los conceptos comentados y los desajustes que se van a producir para los estudios mas debiles, justo a los que se pretende ayudar.
Tenéis más información en las
bases publicadas